Septiembre es la puerta del otoño y un mes que empieza bajo el signo del aster una flor a la que durante mucho tiempo se le han atribuido poderes mágicos. Antiguamente, se creía que si se quemaban hojas de áster, su perfume ahuyentaba el mal. Hoy en día, esta bella flor está considerada como un talismán de amor y símbolo de elegancia.

Su nombre significa «estrella» en latín, por la forma de sus pétalos, estrechos y puntiagudos, y se parece muchísimo a la margarita. Existen alrededor de 500 especies distintas en el género áster en el mundo. Entre ellas hay infinitas variedades: rastreras, espigadas, de multitud de colores y tamaños distintos, etc.

Sus flores suelen aparecer al final del verano y persistirán durante casi todo el invierno, ya que aguantan muy bien los fríos.

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