Llega el tiempo de sembrar caléndulas. Así las veremos florecer desde el principio del verano hasta el otoño, e incluso entrado ya el invierno.

Denominada científicamente Calendula officinalis, esta planta de flor dorada y vistosa, tiene tantos nombres como pétalos: Caléndula, Marigold, Maravilla, Corona de rey, Gauchas, Flamenquilla. Todos ellos sirven para designar una flor ampliamente conocida por sus propiedades tanto medicinales como cosméticas. Procedente de las regiones mediteráneas, los antiguos griegos, hindúes y árabes ya la utilizaban como hierba medicinal; para extraer tinte para tejidos; como colorante alimentario y como cosmético. Como veis, vale un poco para todo.

La planta de la caléndula se cultiva como anual y se desecha una vez florecida. Se presenta formando pequeñas matas de unos 40 o 50 cms. de altura. Puedes plantarla en jardín y en macetas y es perfecta para arriates combinada con plantas perenne vigorosas.

En estos primeros dias de primavera es la hora de plantarlas. Para hacer germinar las semillas, cúbrelas con una ligera capa de tierra y que mantengan una temperatura entre 15º y 20ºC. En unos diez días comenzarán a salir.

 

Caléndulas en la piel, en el plato y en el estómago.

La caléndula es una planta muy popular en la botica, en la mesa y en el tocador. Los pétalos de esta flor tienen numerosas propiedades y muchas aplicaciones.

el extracto de la flor de caléndula, facilita la cicatrización de las heridas y es un buen antiinflamatoria en edemas gracias a la prostaglandina (los triterpenos, sobre todo el faradiol, han demostrado ser los principios antiinflamatorios más importantes). Se utiliza externamente en forma de infusiones, tinturas y pomadas para el tratamiento de inflamaciones de la piel y las mucosas, heridas o procesos de cicatrización, contusiones, forúnculos, eritema, faringitis, dermatitis y como calmante en cosmética. También se popularizó como remedio de herbolario para diversas dolencias, incluido el sarampión.

En la cocina solía llamarse “azafrán del pobre” y utilizarse para dar color y sabor a las comidas.

La caléndula también se utiliza en el ámbito de la cosmética y dermofarmacia, en cremas hidratantes (productos solares pre y post exposición) ya que las saponinas, las gomas y los mucílagos tienen una gran capacidad humectante. Su aceite esencial se usa para preparar perfumes de aroma silvestre, aunque su olor no es muy agradable.

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